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Muere Madeleine Albright, la primera mujer en ser secretaria de Estado

La ex secretaria de Estado Madeleine Albright, la primera mujer en ocupar el máximo cargo de la diplomacia estadounidense, murió a los 84 años como consecuencia de un cáncer, informó este miércoles su familia en un comunicado.

Albright fue jefa de la diplomacia estadounidense bajo el gobierno de Bill Clinton, entre 1997 y 2001. Bajo su mando, Washington se completó la nueva política exterior de la post Guerra Fría, tras la desaparición de la Unión Soviética.

Ese nuevo enfoque contempló la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para incorporar países que antes estaban en la esfera de influencia soviética, como Polonia o las naciones bálticas.

Antes de ser secretaria de Estado, Albright había representado a EEUU como embajadora ante Naciones Unidas entre 1994 y 1997, durante el primer mandato de Clinton.

Una refugiada del nazismo y del comunismo

Albright nació el 15 de mayo de 1937 en Praga, en la entonces Checoslovaquia y hoy República Checa, con el nombre de Marie Jana Korbel. Pertenecía a una familia judía.

En 1939 su familia emigró a Reino Unido, tras la invasión de las tropas de la Alemania nazi. Regresaron al país en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial. Varios de sus familiares, incluidos tres abuelos, murieron en los campos de concentración de Terezinstadt y Auschwitz.

La familia volvió a huir tres años después, tras el golpe de Estado que instauró un régimen comunista checoslovaco alineado con Moscú, con lo que el país quedó destrás de lo que se conocería por décadas como la ‘cortina de hierro’.

Los Korbel se establecieron en EEUU, y la futura diplomática estudió en el Wellesley College, en Massachusetts, donde se graduó en 1959 en ciencias políticas.

En 1959, se hizo ciudadana estadounidense, el mismo año en el que se casó con Joseph Albright, miembro de una notable familia de editores y periodistas.

Albright desempeñó varios trabajos en medios, mientras siguió sus estudios y formaba una familia con su esposo. En 1970 fue reclutada para trabajar como enlace con el Congreso del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca de Jimmy Carter.

Pero con la derrota de Carter ante Ronald Reagan en 1980, Albright se movió hacia el mundo académico, donde se especializó en temas de Europa del Este.

Albright trabajó como asesora de política exterior para los demócratas en las campañas presidenciales de 1984 y 1988, ambas perdidas antes los republicanos,

En 1992 Clinton la llamó para que manejara la transición del Consejo de Seguridad Nacional, y al año siguiente la nombró para su primer cargo diplomático como embajadora ante la ONU.

Al igual que muchos estadounidenses de su generación, que llegaron al país provenientes de países de Europa devastados por la guerra o ‘apresados’ por el avance del comunismo, Albright veía en EEUU una fuerza moral necesaria para la promoción de la libertad, la democracia y los derechos humanos.

En 1996, durante la crisis generada por el derribo de dos avionetas de la organizació Hermanos al Rescate por parte de la fuerza aérea de Cuba, en la que murieron cuatro cubano-estadounidenses, Albright dijo en una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU: “Francamente, esto no es cojones; esto es cobardía”.

Su talante decidido en la ONU elevó su perfil diplomático, al punto que en 1997 el presidente Clinton hizo historia la seleccionarla como la primera jefa de la diplomacia estadounidense.

Albright consideraba que una Europa estable era vital y promovió que Occidente se vinculara más con las naciones de la vieja esfera soviética para consolidar los logros democráticos obtenidos tras la caída del Muro de Berlín.

Durante la crisis en los Balcanes, con la desintegración de la antigua Yugoslavia, Albright era defensora de una política más agresiva ante el presidente serbio, Slobodan Milosevic, en quien veía un genocida émulo de los nazis de décadas atrás.

Sin embargo, Clinton no optó por intervenir militarmente hasta que en 1995 se produjo la masacre de Srebrenica, donde las tropas serbias desplazaron a contingentes de paz de la ONU, y mataron miles de civiles musulmanes. Los bombardeos de la OTAN forzaron a Milosevic a firmar los acuerdos de Dayton, que pusieron fin al conflicto.

Albritght fue crucial para convencer a Rusia y a muchos escépticos en el Senado de EEUU para permitir que Polonia, Hungría y la República Checa se unieran a la OTAN. A partir de allí la alianza occidental fue expandiéndose a otros países exmiembros del Pacto de Varsovia.

En 2012, el presidente Barack Obama le impuso la medalla presidencial de la libertad, la mayor condecoración que puede recibir un civil en EEUU.

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