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Vacío de liderazgo: Ningún país desea liderar fuerza multinacional para pacificar Haití

En Haití, la situación se ha deteriorado aún más tras el magnicidio de Jovenel Moïse. Las pandillas continúan ejerciendo presión sobre la Policía, librando tiroteos para tomar el control de Puerto Príncipe. La violencia desenfrenada y la ausencia de autoridad han dejado a hombres, mujeres y niños atrapados en un clima de miedo e inseguridad.

Mientras tanto, en Washington, las discusiones sobre quién liderará la fuerza multinacional para pacificar el país siguen sin resolverse. El secretario adjunto de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, reveló que la falta de liderazgo es el principal obstáculo para llevar adelante esta iniciativa. Algunos países, inicialmente reticentes a unirse a la fuerza multinacional, ahora muestran su apoyo, pero insisten en que cualquier intervención debe ser cuidadosamente diseñada y garantizar que no se perpetúe el poder indefinidamente.

Uno de los avances notables para mejorar la seguridad en Haití ha sido la renovación de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas para Haití (Binuh) y la asignación de un plazo al secretario general de la ONU, António Guterres, para presentar un informe sobre posibles acciones para pacificar el país. La fecha límite para estas recomendaciones es el 15 de agosto, y la resolución ha obtenido un apoyo unánime, incluso de países como Rusia y China.

Mientras el plazo se acerca, Estados Unidos está en conversaciones con posibles contribuyentes para conformar la fuerza multinacional. Se busca una solución rápida para respaldar a la Policía Nacional de Haití en misiones específicas contra las pandillas que han azotado a la población haitiana.

Ante la creciente violencia, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha instado a sus ciudadanos a abandonar Haití lo antes posible. En un comunicado emitido por la Embajada estadounidense en Haití, se advierte sobre los recientes enfrentamientos armados entre pandillas y la Policía en Puerto Príncipe, con una elevada amenaza de delitos violentos y secuestros en varios barrios. La situación ha llevado a restringir los movimientos del personal de la embajada debido a la intensidad de los disparos en los alrededores.

Las condiciones de seguridad en Haití son extremadamente limitadas, y el Gobierno de Estados Unidos ha destacado que su capacidad para brindar servicios de emergencia a sus ciudadanos en el país está seriamente afectada por la violencia y la inestabilidad reinante. La comunidad internacional sigue vigilante y busca encontrar soluciones efectivas para apoyar al pueblo haitiano y lograr la paz y estabilidad que tanto necesita.

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