Las obras de construcción de un canal de riego en la orilla haitiana del río Masacre, que sirve como frontera natural con la República Dominicana en Dajabón, continúan sin cesar, a pesar de las medidas adoptadas por el Gobierno dominicano para forzar su paralización. Los trabajadores, respaldados por una multitud que varía en tamaño, continúan con su labor mientras son observados de cerca por miembros del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) desde el lado dominicano del río.
La construcción del canal ha desencadenado una especie de romería en la zona, con curiosos observando y apoyando a los trabajadores. El Cesfront ha desplegado aproximadamente 300 agentes civiles para custodiar a los trabajadores de la obra, que es de naturaleza privada. A pesar del calor caribeño, la actividad en la orilla haitiana del río se anima por las noches con música y bailes, que son visibles desde la torreta de vigilancia del Cesfront en el lado dominicano.
La construcción del canal se reactivó sin previo aviso, lo que llevó al Gobierno de la República Dominicana a tomar medidas en represalia, incluyendo el cierre de la frontera entre ambos países desde el 15 de septiembre. Las autoridades dominicanas habían exigido previamente a Haití que detuviera la construcción del canal, pero las conversaciones no dieron resultados positivos.
A pesar de las medidas de represalia y el cierre de la frontera, la gente en la frontera haitiana continúa cantando y bailando junto al canal en las orillas del río Masacre. La situación representa un desafío para el Gobierno dominicano y refleja la complejidad de las relaciones entre ambos países.
