A pesar de los esfuerzos del gobierno dominicano por detener la construcción de un canal de riego alimentado por el río Masacre, el comité a cargo de la obra ha ampliado el proyecto con donaciones de dinero, cemento, varillas y otros materiales. La construcción implica la elevación de dos muros de gaviones para dirigir el río hacia un dique-toma que alimentará el canal, destinado a irrigar cultivos en diversas localidades de Haití.
Aunque se ha observado la participación activa de trabajadores haitianos y maquinaria en la obra, las autoridades dominicanas han expresado preocupación por los posibles impactos negativos en la biodiversidad de la laguna Saladillo y en los agricultores y ganaderos de las provincias de Dajabón y Montecristi.
Por otro lado, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) ha puesto en funcionamiento 3.5 kilómetros del canal La Vigía, utilizando tres bombas con una capacidad de 15,500 galones por minuto. Esta iniciativa busca proporcionar agua a más de 300 agricultores en la provincia de Dajabón como una solución a corto plazo y evitar que sean afectados por la construcción del canal haitiano en la comunidad de Juana Méndez, que desviaría el agua hacia Haití.
