El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se enfrenta a una situación inusual y desconcertante para España: un silencio autoimpuesto que ha prolongado por un segundo día consecutivo el viernes. Esta decisión, completamente inédita en su carrera política, ha generado un clima de incertidumbre y expectación en el país.
El miércoles, en una sorpresiva carta, Sánchez anunció la cancelación de todos sus compromisos públicos hasta el lunes, fecha en la que revelará si tomará la decisión de dimitir. Esta determinación se produjo como respuesta a los constantes ataques de la oposición hacia su esposa, Begoña Gómez, acusada de tener presuntas relaciones profesionales con empresas que recibieron fondos públicos.
La ausencia de Sánchez en la esfera pública ha sido notable, especialmente en un momento crucial como el inicio de la campaña electoral en Cataluña. Esta región ha sido un bastión importante para Sánchez y su partido, el PSOE, logrando recuperar la alcaldía de Barcelona y mostrando posibilidades de conquistar el gobierno regional en las próximas elecciones.
Sin embargo, su inusual silencio ha generado especulaciones sobre su futuro político y ha sido tema dominante en los primeros mítines de la campaña catalana. A pesar de ello, sus colegas políticos, como el candidato socialista a dirigir Cataluña, Salvador Illa, han expresado su apoyo y llamado a la resistencia colectiva en respaldo a Sánchez.
