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Los partidos políticos enfrentan la obligación de reformularse radicalmente o ser relegados

El sistema de partidos políticos en la República Dominicana ha mostrado signos de deterioro prolongado, un fenómeno que también se observa en muchas partes del mundo. Este debilitamiento amenaza la calidad de la democracia al exponer al país a posibles crisis políticas que podrían llevar al poder a líderes externos con discursos mesiánicos, ya sean demagogos típicos o redentores gatopardistas que prometen cambios radicales mientras perpetúan el status quo.

Es crucial para la República Dominicana prestar atención a esta problemática, dado que la historia del país ha sido testigo de períodos de ingobernabilidad intensa, como ocurrió entre 1961 y 1965, cuando varios gobiernos subieron y cayeron rápidamente, culminando con el golpe de estado contra el gobierno constitucional de Juan Bosch, una guerra civil y una segunda intervención militar estadounidense. Antes de eso, durante la era de Conchoprimo tras la guerra restauradora, el país enfrentó desórdenes, enfrentamientos armados, derrocamientos de gobiernos y una intervención estadounidense que estableció la tiranía de Trujillo.

El deterioro actual de los partidos políticos dominicanos tiene diversas causas, entre ellas la falta de proyectos nacionales claros como fundamentos ideológicos, el incumplimiento de los líderes políticos en sus promesas electorales, la ausencia de programas para fortalecer instituciones partidarias y educación política ciudadana, así como la falta de promoción de una cultura democrática y de servicio social. Estos factores erosionan la confianza pública en los partidos políticos y aumentan el riesgo de una crisis política mayor si no se abordan adecuadamente.

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