Israel construyó un “moderno caballo de Troya” mediante una estrategia militar innovadora que involucraba la explosión remota de miles de pagers y walkie-talkies en manos de enemigos. Esta táctica se basó en la manipulación de dispositivos de comunicación de uso cotidiano, que habían sido distribuidos entre las fuerzas rivales para que, en un momento determinado, pudieran ser activados y detonados de manera coordinada.
Este enfoque, inspirado por la idea del “caballo de Troya” —una estratagema clásica de infiltración—, permitió a las fuerzas israelíes usar los propios dispositivos del enemigo en su contra. Los pagers y walkie-talkies, aparentemente inofensivos, fueron convertidos en armas ocultas. Una vez distribuidos entre los objetivos, estos dispositivos fueron activados remotamente, generando explosiones sorpresivas y masivas que desorientaron y causaron grandes pérdidas al enemigo.
Esta táctica demuestra un enfoque sofisticado de guerra asimétrica, en el cual Israel utilizó la tecnología de forma creativa para atacar a sus oponentes sin la necesidad de un enfrentamiento directo. La capacidad de convertir dispositivos de comunicación en explosivos señala una nueva era de guerra tecnológica, donde las estrategias tradicionales son superadas por innovaciones que aprovechan la tecnología cotidiana como armas encubiertas.
Este “moderno caballo de Troya” destaca por su ingenio y por su impacto devastador, lo que refleja la habilidad de Israel para adaptarse y sobresalir en un entorno de conflictos complejos.
