Los vehículos procedentes de los 52 estados de Estados Unidos y los 27 países de la Comunidad Europea han quedado exentos del pago de aranceles aduaneros desde finales de 2023, gracias a los acuerdos comerciales como el DR-Cafta con cinco países centroamericanos y República Dominicana, así como el acuerdo de comercio y desarrollo con Europa (EPA). Estos acuerdos no solo abarcan a los vehículos en sí, sino también a los repuestos automotrices. En esencia, estos pactos establecen reglas de origen y aplican el “método del costo neto” para determinar la cantidad de insumos regionales en la fabricación de vehículos importados, garantizando que entre el 35 % y el 40 % de dichos insumos provengan de los países miembros, especialmente Estados Unidos, tras la certificación correspondiente del fabricante.
Bajo el DR-Cafta, se especifican las partidas arancelarias para los vehículos que pueden ingresar sin aranceles, dependiendo de su cilindraje, abarcando tanto a los automóviles de 2,500 cm³ como a aquellos de mayor cilindraje, incluidos los de 2,800 cm³. Esta medida excluye a los vehículos eléctricos, que cuentan con una legislación específica. Además, vehículos que funcionan con hidrógeno también pueden ingresar libres de aranceles. Otros vehículos como camionetas cerradas, furgonetas, camiones cisterna, entre otros, también están exentos de aranceles.
El proceso de desgravación arancelaria establecido en el DR-Cafta se extendió por 15 años, concluyendo en diciembre de 2024, lo que ha permitido la importación de vehículos libres de aranceles a partir de enero de 2024. Este proceso contempla una reducción anual de los aranceles, llegando a cero en 2025. Es importante destacar que estas medidas de liberalización arancelaria son recíprocas y buscan promover la competencia y el trato igualitario según las normativas de la OMC.
Aunque los vehículos exentos de aranceles pueden experimentar una reducción de precios, es crucial considerar otros impuestos y cargos adicionales al momento de su importación, como la tasa del 17 % aplicada por la reforma fiscal y otros gravámenes. El impacto de estas medidas en el mercado automotriz de República Dominicana se refleja en el crecimiento del parque vehicular, donde se observa un aumento significativo de unidades, especialmente en motocicletas, según datos de la DGII.
