España amaneció en medio del desorden político después de las elecciones generales que dejaron a ningún partido con una mayoría clara para formar gobierno por sí mismo. Tanto el Partido Popular (PP) de Alberto Núñez Feijóo, que obtuvo 133 escaños, como el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con 122 escaños, insisten en tomar el poder. Sin una ruta clara, el país se enfrenta a semanas, tal vez meses, de negociaciones políticas y posiblemente una nueva elección para resolver la situación.
El PP ha considerado una coalición con Vox, que obtuvo 33 escaños, pero no alcanza el umbral de 176 para asegurar la mayoría. Por otro lado, Sánchez del PSOE podría intentar mantenerse en el cargo formando un gobierno de coalición de minoría izquierdista con el apoyo de pequeños partidos regionales, aunque necesitará el respaldo del partido secesionista catalán Junts.
Los otros implicados importantes son Vox, como tercera fuerza política con 33 escaños, y Sumar, con 31 escaños, que busca formar un gobierno progresista de izquierda con Sánchez. La perspectiva de un partido de ultraderecha en el poder se disminuyó después de que Vox perdió escaños.
El nuevo Parlamento se reunirá en un mes, y el rey Felipe VI invitará a uno de los líderes de los partidos para intentar formar gobierno. Los legisladores tendrán hasta tres meses para llegar a un acuerdo, de lo contrario, se convocarán nuevas elecciones. La incertidumbre política se mantiene en España ante la falta de una mayoría clara en el Parlamento.
