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Estados Unidos celebra su Día de la Independencia el 4 de julio

Hoy, martes 4 de julio, los Estados Unidos conmemoran el 247 aniversario de su Independencia, una fecha patriótica que se celebra con entusiasmo en todo el país. Los estadounidenses festejan este día con espectáculos de fuegos artificiales, ceremonias, discursos, desfiles y conciertos, entre otras actividades.

Esta fecha es conocida como el Día de la Independencia o The Fourth of July, y simboliza el patriotismo estadounidense. Es un motivo de gran orgullo para los ciudadanos llevar la bandera y entonar el himno nacional mientras se conmemora la independencia de los Estados Unidos de América.

Origen del Día de la Independencia de los Estados Unidos

La Guerra de la Independencia, que tuvo lugar entre 1775 y 1783, enfrentó a las trece colonias británicas establecidas en América del Norte contra el Reino de Gran Bretaña. La guerra culminó con la batalla de Yorktown y la derrota británica, así como con la firma del Tratado de París.

El 2 de julio de 1776, el Congreso Continental, formado por representantes de las colonias estadounidenses del Imperio Británico, votó a favor de la independencia de los Estados Unidos. Dos días después, el 4 de julio, los delegados de las Trece Colonias firmaron un histórico documento que marcó el nacimiento de la independencia estadounidense: la “Declaración de Independencia”.

Antecedentes

Los antecedentes de la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos se remontan a los conflictos entre Francia y Gran Bretaña en América del Norte y las repercusiones de la Guerra de los Siete Años.

La Guerra de los Siete Años llegó a su fin en 1763 con la firma del Tratado de París, que puso fin al dominio colonial francés en América del Norte y consolidó a Inglaterra como la potencia dominante. España, que controlaba Nueva Orleans, era el único rival de Gran Bretaña en la región. A pesar de las pérdidas territoriales de Francia, el impacto no fue devastador.

Las colonias conservaron los derechos de pesca en Terranova y se garantizó un trato respetuoso a la población francófona católica. Además, en el Caribe, las pérdidas podrían ser compensadas, ya que la principal colonia francesa, Puerto Príncipe (en la actualidad Haití), era un importante productor de azúcar y tenía un próspero comercio con África y el resto de las Antillas.

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