Su hija, visiblemente afectada, comentó que falleció a los 91 años después de una vida extraordinaria dedicada a su país, que fue la principal fuente de inspiración en su carrera artística. Fernando Botero estudió tanto en Colombia como en la Real Academia de Arte de San Fernando en Madrid. Comenzó a exhibir su característico estilo figurativo en Estados Unidos en la década de 1960, con su primera muestra en el Milwaukee Art Center.
El legado artístico de Fernando Botero es amplio y variado, desde su icónica versión de la Mona Lisa hasta sus representaciones de parejas con formas voluptuosas que bailan. Sus esculturas adornan lugares de todo el mundo, especialmente su ciudad natal, Medellín, a la que donó numerosas obras. El presidente colombiano, Gustavo Petro, recordó a Botero como un pintor que capturó las tradiciones, defectos, virtudes, violencia y paz de Colombia, haciendo referencia a la paloma que el artista regaló para conmemorar el acuerdo con las FARC en 2016. El expresidente Juan Manuel Santos también lamentó la pérdida, calificando a Botero como uno de los más grandes artistas de Colombia y del mundo, un generoso amigo de su país y un apasionado constructor de paz.
