La ONU insta a considerar alternativas para abordar la crisis en Haití debido a la falta de liderazgo de las naciones en una fuerza internacional.
María Isabel Salvador, representante especial de la ONU para Haití, sugiere la posibilidad de enviar cascos azules al país caribeño.
Han transcurrido casi “un año” desde que el Gobierno haitiano solicitó ayuda a la ONU para restablecer la seguridad, sin recibir una respuesta concreta.
Ante la falta de voluntarios para liderar una fuerza multinacional que apoye a la policía haitiana, se enfatiza la necesidad de enfoques innovadores y diferentes para resolver la crisis.
A pesar de los llamamientos del secretario general de la ONU, António Guterres, la creación de una fuerza internacional sigue en el aire debido a la falta de voluntarios y a las divisiones en el Consejo de Seguridad.
Rusia y China, con poder de veto en el Consejo de Seguridad, se muestran reacios a enviar fuerzas de apoyo a las autoridades haitianas.
En una reciente cumbre en Trinidad y Tobago, los líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom) solicitaron la creación de un “corredor de estabilización humanitaria” para Haití.
El primer ministro haitiano, Ariel Henry, solicitó asistencia de la ONU el 7 de octubre, mientras que la crisis se ha agravado por la inestabilidad política, la epidemia de cólera y un reciente terremoto.
La presencia pasada de los cascos azules en Haití, liderada por Brasil, generó polémica debido a su asociación con brotes de cólera y violaciones de derechos humanos.
