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Silbatos y cacerolas reciben a la primera ministra en el centro de Francia

Un centenar de manifestantes se concentraron hoy para recibir con silbatos, cacerolas y abucheos a la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, en un viaje a varias localidades del centro del país, al igual que ocurrió con los desplazamientos del presidente Emmanuel Macron los dos últimos días.

Las concentraciones, ruidosas pero pacíficas, se produjeron a pesar de que la prefectura (delegación del Gobierno) del departamento de L’Indre había emitido órdenes prohibiendo las manifestaciones en algunas calles del área que visitaba Borne, una medida que levantó críticas de la oposición, y en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.

«No creo que se trate de un desafío a las libertades fundamentales», contestó hoy Borne, en respuesta especialmente al líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que había cuestionado que este tipo de medidas suspendían las libertades constitucionales de los franceses.

Borne, que visitaba el área de las localidades de Valençay, Châteauroux y Buzançais para hablar de servicios públicos y de una nueva plataforma digital para obtener el carné de identidad, tuvo un recibimiento similar -aunque menos multitudinario- a los que había tenido el presidente francés, Emmanuel Macron.

En sus primeras salidas fuera de París para promover la reconciliación e intentar reconectar con la opinión pública tras la crisis política ocasionada por la reforma de las pensiones, el mandatario se encontró con muchedumbres ruidosas, abucheos y gritos de «Macron dimisión».

En Hérault, su visita de este jueves tras un primer viaje complicado a Alsacia, se llegó incluso a prohibir «el uso de dispositivos sonoros portátiles» -sin añadir detalles precisos sobre la naturaleza de estos artículos- o que emanasen «de vehículos no autorizados».

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