Según el grupo islamista Hamás, más de 5.000 personas han muerto en la Franja de Gaza desde que comenzaron los bombardeos israelíes el 7 de octubre en represalia al ataque de Hamás a Israel. El ejército israelí ha intensificado sus bombardeos desde el domingo, lo que ha llevado a la posibilidad de una operación terrestre en respuesta al ataque de Hamás que dejó 1.400 muertos. Además de las víctimas, los ataques han dañado al menos 181,000 viviendas, de las cuales 20,000 quedaron totalmente destruidas o inutilizables. La ONU ha señalado que se necesita un flujo continuo de ayuda humanitaria, pero esta ha llegado de manera limitada hasta ahora.
Hamás también tomó a 222 rehenes durante su incursión, y el brazo armado del grupo anunció la liberación de dos mujeres por razones humanitarias gracias a la mediación de Catar y Egipto. La comunidad internacional teme que la guerra entre Israel y Hamás escale y se desborde a otros países de Oriente Medio. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha pedido un alto el fuego rápido y un acceso sin trabas de la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.
Estados Unidos ha anunciado un refuerzo militar en Oriente Medio ante las “recientes escaladas de Irán y sus fuerzas afiliadas”. Mientras tanto, el conflicto también se ha intensificado en la frontera entre Israel y Líbano, con enfrentamientos entre el ejército israelí y Hezbolá, un grupo proiraní aliado de Hamás. El presidente israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió a Hezbolá que cometería “el error de su vida” si decidiera entrar en guerra con Israel.
La situación en la región sigue siendo altamente volátil y preocupante, y la comunidad internacional continúa buscando una solución para poner fin a la violencia.
